miércoles, 5 de agosto de 2020

Capitulo 24


Jesús sale de su trabajo. Tiene una herida grande dentro de su alma pero trata de hacer su vida. Aunque desea borrar a Eugenio de su vida no logra sacarlo ni de su mente ni mucho menos de su corazón. De pronto el corazón de Jesús hace un salto al reconocer a lo lejos la moto de Eugenio. Baja en dirección donde se encuentra Jesús. No tiene nada delante que le obligue a hacer esa maniobra. En el momento que Eugenio ve a Jesús y se da cuenta que Jesús lo ha visto entonces inesperadamente en vez de seguir recto da un giro para seguir bajando pero quedar más lejos de Jesús. Si seguía recto hubiera quedado al lado de la acera, justo donde está Jesús en el momento de llegar al semáforo. Eugenio ha querido evitar eso y por esto ha hecho ese giro extraño. Mientras bajaba no tenía tráfico delante pero él ha hecho un giro para meterse entre los autos que lo “protegen” de la mirada de Jesús que se queda dolido.
--pero ¿¿qué se cree que lo voy a tirar piedras? –dice para sí molesto.
Pese a que dice que lo quiere olvidar, Jesús sigue amando a Eugenio y le duele que Eugenio le demuestre ese odio. Eugenio pasa con su moto muy alejado de Jesús cuando de ser recto tal y como era lo normal hubiera pasado justo a su lado. Y ni siquiera mira a Jesús que aunque se empeñe en decir que no le importa le duele y mucho. Va a casa de su amiga para insultarlo.
--No que yo tuviera ningún interés en verlo –dice muy herido y con rencor—pero vaya que después de lo que hemos vivido me podría saludar aunque fuera sólo por educación.
Jesús sigue empeñado en hacer creer a Raquel que no le duele, que ya pasa de Eugenio aunque es todo lo contrario:
--Si por mí mejor, yo de ese desgraciado no quiero ni la hora. Lo que pasa es que lo digo también por él ¡en la carretera no se pueden hacer estas cosas tan raras. imagina que si al hacer esta desviación tan rara cae ¡¡seguro que luego las culpas me la llevo yo¡
Jesús está muy dolido. No soporta, después de haberlo amado durante años creyéndolo un imposible, haberlo tenido para perder poco después. El tono de los insultos va en aumento junto con la rabia de Jesús.
--Ese cabrón miserable y antipático ha arruinado mi vida ¡¡me ha hecho creer que me amaba cuando no era cierto, sino no me hubiera humillado. Yo no quiero volver a verlo porque me hace demasiado daño, me agita…
Jesús se siente muy triste.
--No sé como haré para seguir adelante pero lo lograré.
Jesús ha ido hablando y Raquel apenas se ha metido. Jesús sabe que eso no es normal. Finalmente logra apartar su rabia para escuchar a su amiga. Raquel está deshecha porque Nicolás está con una mujer a la que ha dejado embarazada. Se siente dolida y humillada.
--ella le dará lo que yo no podría darle jamás… --dice con amargura-- y es tan jovencita.
--Ni que tú fueras una vieja.
Jesús trata de animar a su amiga pero no puede evitar pensar siempre en Eugenio. A los dos les duele hablar de lo que han tenido y han perdido pero juntos pasan todas las penas mejor.
 

Semanas después… Jesús no puede dormir por lo que siempre toma un calmante. Benito le tiene que tirar una jarra de agua porque no hay manera qué se despierte.
--¿¿qué es lo que pasa? –pregunta Jesús desconcertado-- ¿¿qué hora es?
Benito está muy alterado:
--Las cuatro de la mañana ¡¡mi hijo va a nacer…¡¡ ¡Mi Rosa está pariendo¡
Jesús salta de la cama. Está casi tan nervioso como Benito. Tío y sobrino se ponen lo primero que encuentran y corren hacia el hospital. Benito entra con su amada en el quirófano. El pequeño Jesús no tarda en estar ya en brazos de su madre. Al lado el joven y orgulloso padre. Besa a su pequeño emocionado:
--gracias por darme un motivo para vivir.
Y luego besa a la joven:
--gracias por este maravilloso regalo.
Y ahí en quirófano, con el pequeño Jesús recién nacido, Benito le dice al fin a Rosa lo que la joven tanto ha estado esperando:
--¿te quieres casar conmigo?
Rosa ilusionada, emocionada y cansada dice un débil sí. El personal médico está sorprendido por la escena que viven y lamentan interrumpirla pero se tienen que llevar al bebé. Eso sí en dos horas vuelven a estar los tres juntos. Jesús ya ha recibido la buena nueva. Abraza a su sobrino, está muy contento de verlo sonreír. De ver que ha dejado atrás el pasado. Jesús llora a tener a su sobrino nieto en brazos y saber que se llama como él. Jesús ve tanta alegría en el rostro de su sobrino con su hijo en brazos que le parece mentira que haya podido superar toda la tragedia que ha vivido y que pueda lograr la felicidad. Se alegra de ello.

Al día siguiente, Benito está al pendiente de su familia. Está en la habitación con su chica que da el pecho al pequeño Jesús ante la atenta mirada de su padre. Carlos irrumpe en ese momento en la habitación. El terror se apodera de la pareja. Benito se pone delante para que el hombre no se pueda acercar a él.
--¡déjanos en paz¡
Carlos ve miedo en los ojos de Benito y eso le hace sentir poderoso.
--solo quiero ver a mi sobrinito.
Ese hombre le produce mucho terror pero está dispuesto a defender a su hijo.
--¡no quiero que te acerques a él¡
Carlos se burla de Benito:
--chico, que amargura, parece que necesitas que te eche otra buena cogida. A mi no me molesta.
 Me gusta la carne fresca. Eres una putita como tú tío, te encanta coger y yo fui el primero en romperte el culo. Eso nunca lo olvidarás.
Jesús estaba entrando en ese momento con un ramo de flores. Se queda en la puerta aterrado por lo que está escuchando y sin ser visto. Benito mira con asco a Carlos:
--sabes que me golpeaste y por eso me violaste, la próxima vez te mataría.
La mirada de Benito es amenazante y Carlos se le ríe:
--yo hablo en serio cuando decía que os iba a matar a todos sí le contabas a alguien que fui yo quien te violó. Ya te perdoné que aclararas que no fue el imbécil de Eugenio pero si dices mi nombre… mato a tu hijo.
Rosa está muy nerviosa. Llora, Benito trata de calmarla. Jesús no da crédito a lo que oye. ¡Carlos es el que violó a su sobrino¡ Además por lo que está entiendo los ha tenido amenazados tanto a él como a Rosa y por miedo y para proteger a su hijo han callado. Jesús se siente muy culpable ya que se ha preocupado de su relación con Eugenio y no ha sabido darse cuenta del infierno que estaba pasando su sobrino. Carlos se dispone a irse y es cuando se da cuenta que Jesús están en la puerta. Carlos se queda pálido. Tenía esperanzas de un acercamiento con Jesús pero ahora sabe que no es posible.
--¿Cuánto haces que estás aquí?
Jesús mira con pena a su sobrino. Mira molesto a Carlos.
--¡vamos a hablar pero no aquí¡
Van discutiendo mientras van bajando por las escaleras.
--¡yo creo que has malinterpretado las cosas¡ ¡me tienes que entender¡
Jesús lo va mirando con mucho odio:
--¿¿¡que tengo que entender a parte que eres un salvaje? ¡¡has violado a mi sobrino¡
--¡no, no fue así,  él me provocó¡ --trata de defenderse alterado.
Jesús descarga toda su rabia contra Carlos. Pensar que fue en él en quien se apoyó tras la violación de su sobrino, que incluso se acostaron juntos después. Se siente tan mal cuando pensó que era Eugenio. Benito sufrió esa violación por su culpa y eso es algo que le mata por dentro. Golpea una y otra vez a Carlos.
--¡¡ERES UN HIJO DE PUTA Y UN DESGRACIADO¡ ¡¡TE ODIARÉ TODA MI VIDA¡ ¡¡NO QUIERO VOLVER A VERTE, OJALÁ TE MUERAS¡
Carlos hasta llora y eso le pone más furioso a Jesús.
--Te amo y prefiero matarme antes de no tenerte –le solloza.
Jesús lo odia y no cree en él.
--¡ESO MATATE, HAZNO ESE FAVOR A TODOS¡¡NADA ME HARÍA MÁS FELIZ QUE VERTE MUERTO¡ --le dice con desprecio.
Carlos se muestra suplicante y agresivo.
--¡Fue por tu culpa, tú me obligaste a esto¡¡ ¡¡tú me dejaste y Benito pagó las consecuencias de tus errores pero yo te amo a ti¡
Jesús le escupe en la cara:
--¡algún día te haré pagar todo el daño que has hecho¡ ¡¡no quiero que te acerques a mi familia o me las pagas¡
Jesús no tiene cara para mirar a su sobrino y abandona el hospital. Carlos se pone a gritar como loco.
--¡¡si tú me dejas me voy a matar¡ ¡¡no te voy a dejar ser feliz¡
Carlos está totalmente desquiciado, sabe que ya lo ha perdido a Jesús. Ya no le queda nada. Es todo lleno de odio. Sólo quiere vengarse. Se siente acabado pero quiere llevarse a otros por delante. Se va en su auto hacia el centro. Conoce los pasos de Eugenio porqué lo ha estado siguiendo. Éste cruza la carretera tranquilo. Va mirando las cartas que tiene que repartir. El semáforo en verde así que no se preocupa. Carlos embiste su auto contra Eugenio. No sólo lo atropella sino que le pasa el auto por encima. Ve como las ruedas pasan por encima del rostro de Eugenio. La gente va gritando.
--¡es un loco, lo ha matado¡
Carlos sonríe maquiavélicamente. La gente rodea el cuerpo ensangrentado de Eugenio. No se mueve.
--¡esta muerto, está muerto¡
La gente ha anotado la matrícula. 
--¡no irá muy lejos¡
Pero a Carlos no le preocupa nada de eso. 

Jesús está solo en casa muy angustiado. Llaman al timbre. Se asusta al ver que es Carlos. No quiere dejarlo entrar.
--¡largo, qué haces¡?
Carlos se comporta con tranquilidad. Le entrega una carta.
--No te quiero molesto, he matado a tu amado Eugenio. Es mi regalo de despedida…
A Jesús se le hiela la sangre:
--¡¿¿qué dices?¡
Carlos le sonríe:
--Yo me voy tranquilo porqué sé que nunca vas a ser feliz.
Todo es muy rápido. Carlos va hacia la terraza y se lanza. Jesús se ha quedado en shock.

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