martes, 4 de agosto de 2020

Capitulo 19




Día a día las semanas van pasando, Jesús confiaba que el tiempo cicatrizara sus heridas pero le es del todo imposible. Su corazón sangra constantemente, sangra por Eugenio. El pequeño que crece en el vientre de Rosa es la alegría de la casa. Ser padre está haciendo revivir a Benito igualmente a Jesús le sorprenden los cambios de humor de su sobrino. A veces se le ve contento e incluso feliz y otras veces asustado como si tuviera miedo de algo, como si sintiera que hay una amenaza sobre ellos. Jesús muchas veces le pregunta por sus temores. Desea ayudar a su sobrino pero éste no le dice nada. Jesús acaba convencido que debe ser normal después de lo que le ha pasado. Se siente mal porque cree que no lo ayuda demasiado, que Benito se da cuenta que ama a Eugenio y que tal vez es eso lo que lo lastima. Jesús está desnudo frente al espejo del baño. Se ha dado una ducha y casi sin darse cuenta escribe en el espejo el nombre de Eugenio. Benito ve ternura en el rostro de su tío. Al verse descubierto, Jesús se angustia. Borra el nombre. Pide perdón a su sobrino. Muy calmado, Benito le pregunta:
--¿aún estás enamorado de él?
Jesús se horroriza.
--¿¡como me preguntas algo así?¡ ¡¡es una atrocidad, es imposible¡
Jesús se enfada porque su sobrino está en lo cierto. Ama a Eugenio y le parece que es un atentando contra su sobrino que ame a quien lo violó. Benito insiste en lo mismo.
--Es importante para mí. ¿lo amas?
Benito habla calmado. Es Jesús el que se siente culpable y habla muy alterado. Muy molesto Jesús dice:
--¡no, claro que no¡
Y entra en su habitación muy angustiado y desnudo. Benito se queda triste. Tiene algo clavado en la garganta para decirle pero no se atreve.
--perdóname, tío, pero la vida de mi hijo es más importante –se dice no sin tener remordimientos por su silencio.


Esa misma tarde, Jesús recibe la visita de Nicolás.
--¿qué haces aquí? No te esperaba.
Jesús se muestra a la defensiva porque ese hombre le ha hecho daño a su amiga y además es amigo de Eugenio.
--Quiero decirte que yo también tengo motivos para odiar a Eugenio pero que una cosa no tiene nada que ver con la otra.
A Jesús le altera demasiado hablar de Eugenio.
--Si has venido a hablar de él mejor te vas.
Pero Nicolás no se calla.
--LO conozco desde que nací, somos amigos toda la vida. He crecido a su lado. Es como un hermano para mí. Aunque ahora estemos peleados sé que es imposible que haya violado a nadie.
Jesús va empujando a Nicolás. No lo quiere escuchar. Está muy alterado pero Nicolás no piensa quedarse callado:
--Ayer nos encontramos y me dolió verlo tan destrozado ¡está sufriendo… sufre por ti¡
Jesús cada vez se va poniendo más nervioso y le va exigiendo que se calle.
--¡NO TE QUIERO OÍR¡
Quiere incluso taparse los oídos pero Nicolás no piensa irse sin decirle lo que piensa.
--No lo quiere aceptar pero lo conozco como a mí sé que te ama y que los celos lo consumen porque volviste con tu ex.
Jesús se muestra muy alterado.
--¡es vergonzoso que defiendas a esa basura cuando por culpa de él Raquel está sufriendo porque la has alejado de tu vida¡
Nicolás no quiere hablar de Raquel. Está dolido con ella.
--¡ahora el que me preocupa es Eugenio, parece un alma en pena¡
Jesús manifiesta su odio por Eugenio.
--¡ojalá se muera¡
Son muchos sentimientos encontrados lo que hay en el corazón de Jesús que lucha por apagar el amor y encender día a día el odio que siente hacia Eugenio.

En ese mismo momento, Rosa está con Benito. Le hacen una ecografía. El bebé que esperan es niño. Benito se pone feliz.
--¡¡se llamará Jesús como mi tío¡
Rosa acaricia a su chico con ternura:
--Jesús estará contento. Eres un gran sobrino.
Benito tiene una culpa que no le deja vivir. Rosa le suplica que le diga de una vez lo que le pasa.
--sé que hay algo que te tortura y que no nos deja ser felices.
Benito siente asco de recordar lo que pasó pero el vientre abultado de Rosa le da fuerzas. Quiere que su hijo tenga un padre sin culpas. Agacha la mirada y dice:
--me violaron. Me mataron. Ese maldito me desgració la vida. Es por eso que no he vuelto a estar contigo en la cama. No creo que pueda.
Benito teme que Rosa lo odie, que sienta asco de él pero lo abraza por fuerza. Le hace sentir lo mucho que lo ama. La chica se da cuenta que su amado oculta algo más.
--escupe todo. Te hará bien.
--Es que mi tío creé que fue su novio quien me violó y yo no lo he desmentido.
En eso sí que Rosa no lo apoya, le reprocha.
--¿¿Cómo has podido hacer una cosa así?¡
Benito trata de justificarse alterado.
--¡porque me persigue, el tipo que me violó me tiene amenazado si digo quien es…¡
Rosa trata de convencerlo que delate a su violador pero Benito espera que ese tipo se contente con no decir su nombre y que no es necesario seguir acusando a Eugenio. Rosa besa a Benito con cariño. Le muestra que siempre estaré a tu lado.
--pero tienes que hablar con tu tío.
Benito sabe que no será fácil pero tiene que hacerlo. Rosa le da un abrazo para darle ánimo.


Al cabo de un rato, Benito llega a casa. Jesús está leyendo en el sofá. Benito se acerca a él tímido.
--podemos hablar, tío.
Jesús deja el libro. Presta atención el libro.
--si claro… de lo que quieras.
Benito se sienta a su lado. Es difícil lo que le tiene que contar.
--ya es hora que hablemos de mi violación. Es hora que sepas la verdad.
Benito habla con mucho dolor pero no quiere seguir callado:
--Eugenio tiene razón. No fue él. Un desconocido entró a la fuerza y fue él quien me destrozó. Dejó la puerta abierta y llegó Eugenio –Benito lo cuenta todo seguido y sin ni mirar a su tío que escucha incrédulo—pero ya todo estaba hecho. El me quiso ayudar y yo estaba mal. Lo rechacé porque no quería que nadie me viera así, yo tenía una crisis y él sólo me quería ayudar. Es ahí cuando llegaste tú y malinterpretaste las cosas.
Jesús se levanta. No está enfadado porque no puede creer lo que está escuchando. Benito sigue hablando.
--tuve miedo y luego pues me era más cómodo no hablar del tema pero ya he hablado con Rosa y no quiero que el nacimiento de mi hijo se vea ensombrecido por mi mentira. Yo te quiero demasiado y no soporto tu dolor.
Jesús no puede creer que haya perdido al amor de su vida por una mentira.
--¡no, él te está obligando a decir esto¡ ¡¡¿te amenazó?
Benito le jura por la vida de su hijo que es verdad lo que le ha contado pero ya no quiere seguir hablando del tema. Se encierra en su dormitorio. Jesús ya no quiere saber nada más. Está ya anocheciendo pero no quiere esperar. Sale a buscar a Eugenio. Ha cometido una infamia con él y merece una reparación aunque Eugenio lo humille. 

Llega al apartamento de Eugenio. Llama al timbre nervioso. Le tiembla el pulso. Le abre Mohamed y en calzoncillos. Jesús se muere de los celos pero se merece que Eugenio esté con otro y lo acepta.
--por favor… Necesito hablar con Eugenio.
Mohamed lo hace pasar. Lo mira cachondo.
--Me pone cachondo los negros, me da morbo hacerlo con uno¿es verdad lo que dicen de los negros?
--¡más respecto, que la raza es lo de menos¡ --Jesús ofendido.
--si claro como que a Eugenio no estuvo contigo solo por negro… a él le excita el rollo racial.
Jesús se siente inseguro del amor de Eugenio pero merece una disculpa. Le suplica a Mohamed.
--¿Dónde puede encontrarlo?
Mohamed lo ve tan angustiado que se compadece de él.
--Está en la playa. Va casi todas las noches y llega de madrugada. Le hiciste mucho daño y la playa es su refugio…
Jesús se va corriendo y desesperado hacia la playa. Necesita hablar con Eugenio esa misma noche

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