Jesús quema las fotos y todos los recuerdos que tiene de Eugenio. Siente un gran dolor ya que los mejores recuerdos están en su alma y eso nadie los quema. Jamás ha amado como a Eugenio. El odio, la rabia y la culpa no lo dejan vivir.
Al día siguiente de la violación de Benito, Jesús comienza su nuevo trabajo. Y lo hace con los ánimos por los suelos pero tiene que sacar la cara por él y su sobrino. Benito comienza un nuevo curso y Jesús casi lo ha obligado a ir. La normalidad es lo único que puede ayudar a Benito y por eso Jesús le anima para que siga con su vida. Jesús no tiene ganas de ir al trabajo pero por lo mismo debe hacerlo. Trabaja de siete de la mañana a tres de la tarda. Trabaja con ímpetu para tratar de borrar lo que ha pasado. El cansancio lo relaja pero el rencor sigue ahí. Odia a Eugenio por haber destruido su vida propia y la de su sobrino y se odia así mismo por haberlo amado. A la salida del trabajo se encuentra con Carlos. Se le presenta amistoso.
--Te he querido mucho y no quiero perder tu amistad --le dice.
Jesús está deshecho y Carlos lo trata con ternura. Jesús necesita consuelo y los brazos de Carlos están bien abiertos. Lo abraza. Carlos es muy cariñoso con él.
--¿porqué no me dices lo que te pasa?
--Es Benito me ha hecho jurar que no se lo diría a nadie.
Carlos se muestra preocupado.
--Sabes que Benito es como mi sobrino. Jamás haría nada que lo lastimara..
Jesús necesita un apoyo como el que le está ofreciendo Carlos. El calor de los brazos de un hombre que los sostenga. Con dolor y con vergüenza le dice:
--El hombre con el que estaba saliendo ha violado a mi sobrino.
Carlos se muestra comprensivo y dulce. Abraza a Jesús con cariño pero aprovechando que éste no lo ve sonríe maquiavélicamente. Eso sí, ante Jesús es todo ternura y amor.
--Estoy a la orden por si necesitáis algo.
--Mi sobrino lo está pasando fatal pero enfrenta la vida con un buen par… Justo ahora está en un curso.
Mira el reloj.
--ya le toca salir. Voy a ir a esperarlo.
--Yo no lo haría. Creo que tu sobrino necesita sentir que confías en él, no es bueno que estés todo el día encima de él.
Jesús no sabe bien qué hacer pero Carlos lo acaba convenciendo. Como si no le interesada, Carlos le pregunta:
--Y así que tu sobrino hace un curso… ¿y donde?
Justo después que Carlos le sacara a Jesús dónde está Benito, Carlos dice:
--bueno, tengo prisa… Ya nos meremos.
Carlos le da un beso en la mejilla a Jesús y se va. Jesús lo mira con tristeza.
--Es un buen hombre, como me gustaría poder amarlo.
Jesús se apresura a llegar a su casa. Quiere tener la comida lista antes que llegue Benito.
Pasa el rato, Benito ya se está retrasando y Jesús se preocupa. Entonces baja a buscarlo. Se encuentra a Benito y a Eugenio discutiendo en el portal. Benito se ve alterado, con miedo. Jesús se mete en medio.
--¿¿¿qué le has hecho a mi sobrino? ¡¡mira como lo tienes de asustado¡
--¡no, no… yo lo he encontrado que venía corriendo, ya estaba mal¡
Eugenio asegura que sólo quería hablar tranquilamente con Benito para que dijera la verdad, que el chico ya venía mal y no ha querido hablar con él. Jesús no deja que Eugenio se acerque a su sobrino.
--¡no seas descarado –le dice a Eugenio con odio-- no quiero que te vuelvas a cruzar en nuestras vidas o te denunciaré a la policía¡
Eugenio se muestra ansioso.
--¡no me pienso mover hasta que Benito no confiese que no le he hecho nada¡
Benito huye hacia el interior del edificio. Está muy asustado. Se siente amenazado. Eugenio quiere seguir al chico pero Jesús lo golpea y le barra el paso. Eugenio suplica que le escuche, clama su inocencia, pero Jesús le escupe en la cara y le dice:
--¡te odio, siento asco de lo que vivimos¡
Finalmente Eugenio se va. A Jesús le enfurece su pose de víctima, se ha ido herido y Jesús se enfurece.
--¡¡es que es un desgraciado¡
Corre a consolar a Benito que no hace más que llorar. Jesús trata de acariciarlo:
--hablar te hará bien…
Pero Benito no deja de llorar. No quiere hablar y menos de algo que tenga que ver con su violación.
Eugenio está desesperado. Llorando se presenta en casa de Nicolás. Lo abraza llorando.
--tío, ¿què te pasa?
Nicolás comparte piso con los dos amigos que los acompañaron en su casa en la montaña. Están los dos sentados en la mesa tomando unas cervezas. Se levantan. Miran preocupado a Eugenio.
--¿te podemos ayudar?
Con el alma rota, Eugenio le cuenta a sus amigos todo lo que está pasando. A Nicolás le duele que Raquel no le haya contado.
--¡Ella tiene que saberlo¡
Eugenio le suplica a Nicolás:
--¡habla con ella, tú me conoces. Yo jamás haría una cosa así¡
A Eugenio le reconforta tener el apoyo de sus amigos. Nicolás le jura que lo apoyará. Los tres amigos abrazan a Eugenio para hacerle sentir que están de su lado.
Comienza un nuevo día. A Jesús la rabia lo domina. Benito tiene claro que no desea poner una denuncia. Jesús siente tanto odio que él sí se la pondría. Más que por la violación porque se siente estafado. Porque le duele que Eugenio se haya burlado de él. Piensa que Eugenio con quien quería acostarse era con su sobrino y que a él lo usó de intermediario y eso le duele mucho.
--¡es que debería estar en la cárcel¡
Jesús no soporta el sufrimiento que Eugenio ha traído a su vida y a la de su sobrino y que está caminando libremente por las calles.
--¡¡es que volverá a hacer daño¡
A cada día que va pasando, aumenta su odio y su rencor hacia Eugenio. Y Carlos está ahí. Se presenta de nuevo como si ángel salvador como años atrás cuando Jesús sufría por el desamor de su amado amigo. Jesús recibe la visita tanto de Nicolás como de sus dos amigos. Los tres apoyan a Eugenio e incluso amenazan con denunciar a Benito sí no confiesa la verdad. Jesús no los deja pasar de la puerta. Los echa de malos modos. Luego llama a Raquel:
--¡¡es el colmo que ese desgraciado vaya contando sus gestas a sus amigos¡
Jesús está herido y después de la visita de los amigos acepta salir al cine con Carlos. Benito se queda aterrado cuando su tío le cuenta que sale con Carlos.
--¡no, no¡ ¡¡con él no¡
Benito llora asustado. No quiere dejarlo salir pero Jesús no le hace caso.
--No todos los hombres son iguales. Carlos es buena persona y yo no pienso quedarme encerrado llorando. Llama a tu noviecieta ¿no es que se gustaba una chica?
Benito hace que no con la cabeza. No se siente digno de ella. Jesús besa al chico.
--no tardaré, si me necesitas me haces una perdida.
Benito tiene algo atravesado en la garganta pero es mucho el miedo que tiene y no es capaz de hablar. Al ver a salir a su tío para ir a los brazos de Carlos rompe a llorar, sufre una crisis de nervios.
La ocurrido también afecta a Raquel y a Nicolás. Éste apoya a su amigo.
--¡¡tú sabes que Eugenio no sería capaz de una cosa así¡ ¡¡habla con tu amigo para que no sea loco¡
Raquel apoya a Jesús.
--¡¡si sigues viendo a ese violador te dejo¡
Dolido dice:
--no hace falta que me dejes tú, te dejo yo si sigues diciendo que mi amigo es un violador.
Llena de rabia, Raquel dice:
--¡¡tu amigo es un desgraciado. Violó a ese pobre chico y a mí me dejó embarazada¡ ¡¡Es por él que nunca te podrá dar un hijo¡
Nicolás se siente furioso con su amigo, con Raquel.
--Ahora sí hemos acabado para siempre.
Raquel se queda triste. Nicolás se va molesto.
Los amigos no quieren dejarlo solo así que Eugenio se está quedando con Nicolás. Ninguno de los tres entiende que pasa cuando Nicolás llega gritando y golpeando a Eugenio.
--¡¡dime que no fuiste tú quien dejaste embarazada a Raquel¡
A Eugenio le duele que Raquel o Jesús hayan sacado el tema en ese momento sólo para hacerle daño.
--¡han pasado como 15 años¡
Nicolás echa a Eugenio de su casa.
--¡nuestra amistad acaba hoy¡
Eugenio suplica a sus amigos que no le den de lado.
--¡os necesito más que nunca¡
Pero se ponen del lado de Nicolás. Eugenio se queda solo y abatido. Está desesperado. No sabe qué hacer.
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